Los emprendimientos innovadores

La innovación es una de las fuerzas que impulsa la evolución de la sociedad; también es considerada como un factor clave para el desarrollo económico, por tanto, se debe estimular su crecimiento en países en vías de desarrollo. Bolivia, según el Índice Global de Innovación elaborado conjuntamente por la Universidad Cornell, el INSEAD y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), ocupa el lugar 106 en el ranking de los 127 países, con un índice de 25.64%. En los hechos, el país ocuparía el último lugar en América Latina. Esta situación de país hace que la innovación sea un factor para potenciar e impulsar los emprendimientos emergentes.

Los emprendimientos emergen en el país, en su mayoría, surgen como una respuesta a las necesidades latentes de la sociedad, sin embargo, las soluciones responden a emprendimientos convencionales con poco énfasis en la innovación. El desarrollo de una idea innovadora no solo debe responder a un cambio o mejora de un proceso o un producto sino debe significar un impacto positivo en la sociedad.

En muchos países hay organizaciones dedicadas de manera exclusiva a promover pequeños emprendimientos porque tienen un valor importante en la economía local, regional y nacional. Además se tiene en cuenta la posibilidad de que un trabajador se convierta en un pequeño empresario, como una respuesta a la crisis de los sectores mayoritarios. La cultura del emprendimiento es una preocupación de los gobiernos y también de las organizaciones sociales.

En el país hay esfuerzos de jóvenes emprendedores que buscan impulsar la innovación. En el libro Jóvenes Bolivianos Emprendedores Impactando al Mundo, publicado por RUJE Bolivia, se muestra la trayectoria de 10 emprendimientos en marcha que marcan la diferencia en áreas como educación, medio ambiente y tecnología. Quiero destacar algunos de ellos que pretenden impulsar el desarrollo de las regiones.

Daniella García dirige Elemental, una escuela de educación en tecnología para niños y niñas; se propone preparar a las nuevas generaciones para trabajar las “habilidades mentales” para lograr ser competitivos a nivel global.

Innovaplast, liderado por Cecilia Jáuregui, produce bolsas de plástico biodegradable con material reciclable para reducir la contaminación en las ciudades.

Energía, emprendido por Anton van der Munn Zabala, brinda tecnologías LED para oficinas y vías públicas; el producto es hecho en el país y se propone impulsar la sostenibilidad del medio ambiente.

Mamut, administrado por Manuel Laredo, tiene una economía circular y fabrica pisos deportivos e industriales con base a neumáticos desechados para combatir la contaminación ambiental.

Cecilia Tapia creó Bohemia Papel, una empresa que produce una diversidad de papeles con material reciclado para disminuir la deforestación de bosques.

Estos emprendimientos transforman la sociedad, pues en cada producto se puede apreciar innovación que genera cambios en el país, esto demuestra la existencia de grandes iniciativas y talentos que deben ser aplaudidos y reconocidos porque son proyectos exitosos que impulsan el surgimiento de nuevos emprendimientos.

Por último, decir que los esfuerzos deben estar dirigidos al desarrollo de la innovación con el propósito de despertar en la juventud la conciencia social que genera aportes significativos a través de emprendimientos emergentes con base a soluciones creativas y alto impacto.

“Bolivia, según el Índice Global de Innovación elaborado conjuntamente por la Universidad Cornell, el INSEAD y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), ocupa el lugar 106 en el ranking de los 127 países.”

Bibligrafía

Henao A. (5 de agosto de 2018). Los emprendimientos innovadores. Página Siete.

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